
Cesáreo Campos Narváez, de 31 años en ese momento, desapareció en Monterrey en 1979.
Su familia sigue manteniendo la esperanza de localizarlo, pues fue visto por última vez en septiembre en la colonia Reforma.
Según los registros de búsqueda, en el momento de su desaparición, sufría de un trastorno mental no identificado. Como característica distintiva, presenta una amputación parcial del dedo medio izquierdo.
Tiene una estatura de 1.70 metros y presenta una nariz mediana recta con una piel de tono aperlado. Sus ojos son pequeños y de color café oscuro. En el momento de su desaparición, su complexión era delgada.
