
Khalid Shaikh Mohammed, quien ha sido identificado como el cerebro detrás de los ataques del 11 de septiembre de 2001, ha aceptado, junto con dos compañeros acusados, declararse culpable de los atentados que causaron la muerte de casi 3 mil personas en Estados Unidos, según informó ayer el Pentágono.
Mohammed, junto con Walid bin Attash y Mustafa al-Hawsawi, quienes se encuentran en prisión en Guantánamo, Cuba, acordaron aceptar los cargos a cambio de una sentencia de cadena perpetua. Este acuerdo evita un juicio prolongado que podría haber durado entre 12 y 18 meses y la posibilidad de una condena a muerte, dado que el proceso judicial que enfrentaban desde su detención en 2003 podría haber resultado en esa pena.
El caso, que estuvo marcado por más de una década de procedimientos previos al juicio, había estado centrado en la cuestión de si las torturas sufridas en prisiones secretas de la CIA habían contaminado las pruebas en su contra. La declaración de culpabilidad previene un juicio prolongado y el riesgo de que el juez militar desestimara las confesiones clave para el caso del gobierno.