
La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha emprendido un nuevo desafío dentro de la lucha contra el narcotráfico: enfrentar la creciente popularidad de los narcocorridos.
Sin una legislación federal que regule el fenómeno, diez estados han comenzado a imponer severas multas a los eventos públicos donde se difundan este tipo de canciones.
Si bien la medida parecía eficaz en sus primeros intentos, la polémica estalló cuando, en marzo, la banda sinaloense Los Alegres del Barranco proyectó imágenes de Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, líder del CJNG, durante su presentación del corrido “El del Palenque” en Zapopan.
Este acto no solo desató una investigación por parte de la Fiscalía de Jalisco, sino también la revocación de visas por parte del gobierno estadounidense, y reactivó el debate sobre los límites de la música regional mexicana.

A pesar de la creciente censura, el auge de los narcocorridos y los corridos tumbados sigue siendo innegable. Artistas como Peso Pluma, Natanael Cano y Fuerza Regida han tomado el liderazgo de las listas de éxitos, desplazando a otros grupos consolidados.
Sin embargo, una de las bandas más emblemáticas del género, Los Tigres del Norte, continúa manteniendo una popularidad sólida. En una reciente entrevista con El País, Jorge Hernández, vocalista y acordeonista del grupo, reflexionó sobre la censura y los desafíos para mantenerse vigentes.
Hernández recordó que Los Tigres del Norte fueron de las primeras agrupaciones a ser vigiladas por las autoridades. En 2014, durante un concierto en Chihuahua, un miembro del equipo les pidió que no interpretaran corridos debido a la situación de violencia en la ciudad. Desde entonces, la banda ha evitado la confrontación directa con las autoridades, aunque el impacto de la censura en la música regional mexicana es algo que les preocupa.
El líder del grupo explicó que, hoy en día, las presiones internacionales, especialmente por parte de Estados Unidos, han intensificado la vigilancia sobre el contenido de las canciones.
“El nuevo Gobierno de Estados Unidos está más enérgico y quiere que el de México también lo sea”, comentó Hernández, quien considera que esta presión está obligando a los artistas a cambiar la manera en la que se comunican con su audiencia. Para él, el auge de los narcocorridos ha generado una crisis dentro del mismo género del corrido, sugiriendo que el término podría necesitar un cambio para evitar problemas legales.
Sin embargo, el músico expresó su duda sobre la efectividad de las medidas restrictivas. A pesar de la censura y las prohibiciones, Los Tigres del Norte prefieren seguir adelante sin confrontar directamente a las autoridades.
“Prohibir no es la solución”, aseguró Hernández, y agregó que el grupo tiene un repertorio tan diverso que podrían seguir adelante sin cantar corridos, aunque no considera que esta sea la solución a largo plazo.
En un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos, el ambiente para los músicos mexicanos se está volviendo cada vez más restrictivo. Hernández se mostró preocupado por las medidas impuestas por el gobierno de Donald Trump, que han dificultado el acceso de los artistas a su público en el país vecino.
A pesar de las dificultades, el grupo sigue adelante, adaptándose a las nuevas realidades sin perder su esencia. Sin embargo, el futuro sigue siendo incierto, y la presión por mantenerse como los auténticos ‘Jefes de jefes’ del regional mexicano es más fuerte que nunca.
El debate sobre la censura de los narcocorridos y su impacto en la música regional mexicana sigue abierto, y los artistas como Los Tigres del Norte se encuentran en la encrucijada de adaptarse a un entorno más restrictivo o resistirse a las imposiciones externas. La lucha por mantener la autenticidad de su música y su mensaje continúa siendo uno de los mayores desafíos del grupo.