

Nueva York, 27 de junio de 2025 — Una era llega a su fin en el mundo de la moda: Anna Wintour, figura clave en el universo editorial y rostro inconfundible de Vogue Estados Unidos, dejará su puesto como editora en jefe después de casi cuatro décadas en el cargo. La información fue confirmada oficialmente por Condé Nast, el grupo editorial que publica la revista.
Aunque Wintour no se retira completamente, reducirá de manera significativa su presencia operativa. Se mantendrá en un rol estratégico como directora global de contenido de Condé Nast y supervisora editorial internacional de Vogue.
La persona que asuma su lugar en la edición estadounidense ocupará un nuevo cargo denominado “responsable de contenido editorial”, lo que refleja una reconfiguración más amplia dentro de la empresa.
Desde que tomó las riendas de la revista en 1988, Wintour redefinió el papel de Vogue en la cultura global. Su enfoque rompió con las estructuras tradicionales del periodismo de moda: apostó por portadas más inclusivas, imágenes menos rígidas y una visión editorial que combinaba lo aspiracional con lo accesible.
Su debut fue una declaración de principios: jeans en portada, algo impensado hasta ese momento en una publicación de alta costura.
Además de impulsar el ascenso de modelos, diseñadores y fotógrafos, Wintour convirtió a Vogue en una referencia cultural más allá de la moda.
Fue clave en el establecimiento del evento benéfico Met Gala como uno de los mayores escaparates de celebridades a nivel mundial, y en posicionar a la revista como una voz influyente también en política, cine y sociedad.
Desde 2020, Wintour también supervisaba el contenido global de publicaciones como GQ, Vanity Fair, Wired y Architectural Digest, lo que consolidó su peso dentro del conglomerado editorial.
El anuncio marca un momento decisivo no solo para Vogue, sino también para la industria del entretenimiento y la moda en general.
La salida de Wintour abre la puerta a un posible cambio generacional, en un contexto donde los medios buscan adaptarse a nuevas audiencias, formatos digitales y demandas de representación más diversas.
Por ahora, no se ha anunciado quién tomará el relevo, pero la expectativa es alta. La sucesión de una figura tan emblemática como Wintour plantea interrogantes sobre el futuro editorial de Vogue en una era en la que las revistas luchan por seguir siendo culturalmente relevantes.