

Donald Trump y Elon Musk, dos de las figuras más conocidas del mundo, ya no están del mismo lado. Aunque vienen de lugares distintos —Trump nació en Queens, Nueva York, y Musk en Pretoria, Sudáfrica—, ambos han usado su fama, fortuna y poder para influir en la política, los negocios y los medios.
Uno llegó a ser presidente de Estados Unidos, el otro fundó empresas como Tesla y SpaceX.
Durante la campaña presidencial de 2024, Musk apoyó públicamente a Trump, incluso con dinero. Después de que Trump ganó las elecciones, le dio un puesto como asesor en un grupo del gobierno que buscaba hacer las cosas más eficientes. Todo parecía ir bien entre ellos.
Pero este 5 de junio, la relación se rompió. ¿La razón? Un desacuerdo por el nuevo plan de gastos del gobierno.
Musk no estuvo de acuerdo con la propuesta de Trump y lo dijo en público. Trump, por su parte, se enojó con las críticas y respondió con declaraciones duras. Así empezó una pelea que ahora afecta incluso a sus negocios.
Las consecuencias no tardaron en llegar. Las acciones de Tesla bajaron de valor después de que Trump sugirió que podría cancelar contratos del gobierno con la empresa.
Musk respondió diciendo que SpaceX, su compañía espacial, revisaría su colaboración con agencias públicas. Trump también decidió dejar de apoyar algunos proyectos relacionados con Musk.
Ambos tienen sus propias redes sociales para comunicarse sin intermediarios: Trump usa Truth Social y Musk controla X (antes Twitter).
Desde ahí, suelen hacer anuncios importantes o dar opiniones que causan mucho revuelo. Esta forma directa de comunicarse ha cambiado cómo se hacen las noticias y ha impactado incluso en la economía.
A pesar del conflicto, es poco probable que desaparezcan del ojo público. Trump sigue en la presidencia y Musk continúa liderando empresas con presencia global. Sin embargo, esta pelea muestra lo difícil que puede ser mantener una alianza cuando se mezclan el poder político, los negocios y los egos personales.
En el fondo, tal vez el problema no es que sean tan distintos… sino que se parecen demasiado.