Guillermo del Toro vuelve a estar en el centro de la conversación mundial. El cineasta mexicano, responsable de algunas de las películas más influyentes del cine fantástico moderno, está cosechando elogios gracias a su nueva adaptación de Frankenstein, una producción que ya figura en la temporada de premios con nominaciones destacadas, incluidos los Globos de Oro.
Pero mientras su trabajo continúa recibiendo reconocimientos, hay un detalle curioso que ha tomado vida propia en redes sociales y eventos de Hollywood: varias personas aseguran que Del Toro huele a hot cakes recién hechos.
Lo que comenzó como un comentario aislado se convirtió en un fenómeno pop dentro del mundo del entretenimiento. Diversas figuras que han coincidido con el director han descrito que su fragancia recuerda a una mezcla dulce de mantequilla, miel y vainilla, muy distinta a los perfumes habituales de las celebridades.

El testimonio más viral fue el del crítico Scott Wampler, quien en 2017 relató su sorpresa al notar ese particular aroma durante una premiere. Años después, actores como Kumail Nanjiani han respaldado la anécdota, alimentando aún más la leyenda.
Aunque Del Toro jamás ha confirmado si utiliza alguna esencia con notas dulces, el mito ha prosperado por una razón simple: encaja perfectamente con la dualidad del director. Detrás del creador de algunos de los monstruos más inquietantes del cine existe una personalidad cálida, amable y profundamente humana, cualidades que han marcado tanto su obra como su relación con el público.
Así, mientras Frankenstein sigue acumulando expectativas y aplausos, la peculiar teoría del “aroma a hot cakes” se suma al folclor que rodea a Guillermo del Toro, recordándonos que incluso las figuras más asociadas a lo oscuro pueden guardar un lado sorprendentemente dulce.