

La tercera y última temporada de El Juego del Calamar (Squid Game) ya está aquí, y lo ha hecho con fuerza, batiendo récords y dejando a los fanáticos al borde del asiento. Con un estreno de 60.1 millones de vistas en solo tres días, esta temporada se ha consagrado como el mayor lanzamiento televisivo en la historia de Netflix, consolidando aún más su estatus como un fenómeno global.
Este impresionante arranque no solo reafirma el éxito de la serie, sino que marca un hito más en la carrera de Hwang Dong-hyuk, el creador surcoreano que ha logrado cautivar al mundo entero con esta desgarradora y cruda narrativa. En esta nueva entrega, Gi-hun, interpretado por Lee Jung-jae, regresa al centro de la acción para enfrentarse a los fantasmas del pasado, buscando respuestas tras la tragedia y traición que marcó su vida.
Squid Game: Un viaje de altibajos emocionales
La serie sigue siendo una montaña rusa emocional, y su tercera temporada no es la excepción. Después del desgarrador final de la segunda temporada, los espectadores se encuentran con un Gi-hun que, marcado por el sufrimiento, se enfrenta a una nueva versión del juego, con desafíos aún más mortales y psicológicos. La crítica especializada no ha tardado en señalar la evolución del personaje, destacando la carga emocional y el peso de la culpa que lleva consigo, especialmente por la muerte de su amigo cercano, Jung-bae.
Aunque los primeros días del estreno han sido un éxito rotundo, la recepción de la audiencia ha sido mixta. Según Rotten Tomatoes, los críticos han otorgado un 80% de aprobación, mientras que los fanáticos se han mostrado más divididos.
El «popcorn meter» (que refleja la reacción del público) se sitúa en un 50%, lo que indica que el cierre de esta saga ha generado tanto aplausos como polémica. Algunos seguidores han esperado un final más optimista, mientras que otros aprecian la intensidad dramática que caracteriza a la serie.
Squid Game y su impacto global
Lo que comenzó como una propuesta arriesgada se ha transformado en un fenómeno cultural que ha traspasado fronteras. Con una narrativa única y un estilo visual inconfundible, la serie ha batido varios récords a lo largo de sus temporadas. La primera temporada, en 2021, se convirtió en el programa en idioma no inglés más visto en la historia de Netflix, acumulando 571.76 millones de horas vistas en su primera semana y alcanzando la asombrosa cifra de 142 millones de hogares en su primer mes.
La segunda temporada, lanzada en diciembre de 2024, también continuó rompiendo barreras, con 68 millones de vistas en su primera semana y consolidándose como la más vista en 92 países. Además, Lee Jung-jae se llevó el Emmy en 2022 como Mejor Actor Protagónico en Drama, marcando otro hito al ser el primer actor en ganar un galardón de la academia por una interpretación en un idioma no inglés.
El futuro de Squid Game
Con la tercera temporada, Squid Game cierra un ciclo, pero deja una huella profunda en la industria de las series. La serie ha demostrado ser mucho más que un simple juego de supervivencia; es una reflexión sobre la desigualdad social, el sacrificio, la moralidad y la naturaleza humana.
Aunque no se ha confirmado un futuro más allá de esta tercera temporada, la historia de Gi-hun y su enfrentamiento con la brutalidad del juego ha dejado una marca imborrable. Lo que comenzó como una historia local en Corea del Sur, ahora es un fenómeno mundial que seguirá siendo estudiado, discutido y recordado durante años.
El Juego del Calamar se despide de sus fanáticos, pero sin duda seguirá siendo una de las series más influyentes de la última década. El cierre de este ciclo es brutal y emocional, como la propia serie, pero también es una celebración del poder de las historias bien contadas, capaces de conmover, generar debate y trascender fronteras.