
El FBI está llevando a cabo una investigación sobre los mensajes racistas y ofensivos enviados a diversas comunidades en Estados Unidos, incluidos afroamericanos, latinos y LGBTQ+. Estos mensajes comenzaron a circular tras las elecciones del 5 de noviembre y, según reportes de The Washington Post, se han dirigido principalmente a jóvenes y adultos de comunidades vulnerables en varios estados como California, Carolina del Sur y Georgia.
Los textos “anónimos” enviados a personas afroamericanas contenían invitaciones a presentarse en “plantaciones cercanas” para trabajar en la recolección de algodón, lo que generó alarma. A medida que la situación avanzaba, los mensajes comenzaron a extenderse a la comunidad latina, que ha recibido notificaciones falsas de “deportación inminente” y citaciones para presentarse en “campos de reeducación”. Los afectados, en su mayoría jóvenes universitarios en estados como California y Nueva York, han expresado su preocupación debido a que algunos de los mensajes incluyen nombres y apellidos, lo que sugiere el uso de datos personales obtenidos de alguna base de datos.
Juan Proaño, director de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), comentó que estos ataques reflejan una creciente sofisticación por parte de los atacantes, quienes ahora emplean información personalizada para maximizar el impacto de sus amenazas. Proaño también destacó que estos incidentes reafirman los principios de LULAC en su lucha contra la discriminación hacia la comunidad hispana en EE.UU.
El FBI ha trabajado junto con el Departamento de Justicia y otras agencias federales para identificar a los responsables de estos ataques. En su comunicado, la institución aseguró que está colaborando con líderes comunitarios, académicos y religiosos para mitigar los efectos de estos mensajes y prevenir nuevos incidentes. Aunque no se han encontrado pruebas de que estos mensajes estén relacionados con actos de violencia, el FBI ha instado a las personas afectadas a reportar cualquier incidente relacionado a través de sus canales oficiales.
Este caso pone de relieve las preocupaciones sobre el uso indebido de información personal y la creciente polarización social, mientras las autoridades continúan trabajando para frenar el acoso y proteger a las comunidades vulnerables.