

Monterrey, Nuevo León.– El fallecimiento de Abraham Reyes, un joven médico residente de 27 años, ha sacudido a la comunidad médica en Nuevo León y Chihuahua.
El profesional de la salud, originario de Delicias, presuntamente se quitó la vida el pasado 1 de junio como resultado de una situación de acoso laboral y maltrato sistemático en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) 25 del IMSS, ubicada en Monterrey.
De acuerdo con denuncias difundidas en redes sociales y respaldadas por médicos residentes del hospital, Reyes habría sido víctima de un entorno de violencia institucional, caracterizado por sobrecarga de trabajo, humillaciones constantes, maltrato psicológico y represalias académicas, lo que habría afectado gravemente su salud mental.
En un comunicado conjunto, los médicos en formación del Centro Médico Nacional 25 señalaron que su denuncia “no es por impulso, sino por necesidad”, y exigieron medidas inmediatas para frenar los abusos dentro del sistema:
“Hemos sido víctimas de amenazas, jornadas extenuantes sin descanso, humillaciones públicas y privadas. Este ambiente no es formativo, es destructivo”.
Exigen cambios estructurales en el IMSS
Los residentes piden al Instituto Mexicano del Seguro Social la destitución del médico titular presuntamente responsable del acoso, además de la implementación de mecanismos formales y anónimos para denunciar abusos, así como un programa obligatorio de salud mental y acompañamiento psicológico con seguimiento real.
Hasta el momento, las autoridades del IMSS no han emitido un posicionamiento oficial sobre el caso, ni se han revelado detalles precisos sobre la forma en que ocurrió la muerte de Abraham Reyes. La esquela oficial solo confirma su fallecimiento el 1 de junio.
Reacciones del gremio médico
Numerosos colegas y compañeros del joven han expresado su indignación en redes sociales, recordando a Reyes como un médico comprometido y dedicado. Las condolencias han venido acompañadas de exigencias urgentes: mejorar las condiciones de los residentes de medicina en México, quienes enfrentan jornadas extenuantes, maltrato jerárquico y poco apoyo emocional.
El caso ha puesto sobre la mesa un tema crítico: la normalización del abuso dentro de la formación médica en instituciones públicas. Lo que hoy ocurrió con Abraham, temen muchos, podría repetirse si no se toman acciones contundentes.