

Portugal atraviesa una de las olas de calor más intensas de los últimos años, con temperaturas que superan los 40ºC en varias regiones. Este escenario extremo ha llevado a la emisión de alertas rojas en siete distritos del continente, mientras fenómenos meteorológicos inusuales como tormentas, granizo y nubes «rodantes» han sorprendido tanto a locales como a turistas.
El calor sofocante, que alcanzó picos de 42ºC en algunas áreas, no solo ha elevado el riesgo de incendios forestales, sino que también ha generado una atmósfera impredecible, caracterizada por lluvias repentinas y vientos violentos. Estos eventos fueron más intensos en el interior del país, con el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA) informando sobre la inestabilidad del clima en varias zonas del territorio.
Un fenómeno llamativo ocurrió el pasado domingo cuando una extraña nube, conocida como «nube rodante», sorprendió a los bañistas en varias playas portuguesas. Esta nube, que tiene una forma tubular y se desplaza horizontalmente, no es frecuente en la región, pero su aparición es un recordatorio de la complejidad de las condiciones meteorológicas actuales.
A pesar de su aspecto, que podría recordar una ola gigantesca, estas nubes no tienen relación con el mar. Los fuertes vientos que acompañaron su avance generaron preocupación, ya que los bañistas no esperaban tal cambio en las condiciones del día.
La ola de calor también ha traído consigo un aumento en la preocupación por los incendios forestales. La Autoridad Nacional de Protección Civil emitió una serie de advertencias, destacando que el riesgo de incendios rurales es «muy alto a máximo» en zonas como el norte y centro del país, además del Algarve.
Los incendios ya están activos en varias regiones, y las autoridades han desplegado grandes recursos para combatirlos. En la localidad de Almacena, en el distrito de Castelo Branco, alrededor de 155 operativos, 49 vehículos y cinco aviones de extinción de incendios trabajaban para contener el fuego.
A pesar de que Portugal es el país más afectado en la región, el sur de Europa enfrenta condiciones similares. Italia, España y Grecia han reportado temperaturas superiores a los 40ºC, lo que ha llevado a las autoridades de estos países a emitir alertas por el riesgo de incendios forestales y a tomar medidas preventivas para proteger tanto a la población como al medio ambiente.
Con la ola de calor aún activa, la población portuguesa sigue atenta a los cambios climáticos y a las medidas de protección civil, conscientes de que el clima extremo es una amenaza creciente que exige estar preparados para lo imprevisible.