
Un grupo de científicos estadounidenses ha descubierto que los piojos que afectan al cuerpo humano, en contraposición a los piojos de la cabeza, desempeñan un papel más significativo de lo previamente pensado en la transmisión de la bacteria responsable de la peste.
Este hallazgo, publicado en la revista Plos Biology el martes, fue realizado por investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos en Montana.
Sus hallazgos sugieren que la contribución de estos piojos a pandemias pasadas podría ser más considerable de lo que se había asumido anteriormente.
La bacteria Yersinia pestis ha sido responsable de múltiples pandemias de peste a lo largo de la historia, incluida la peste negra que devastó a la población europea durante la Edad Media.
Anteriormente, se creía que las ratas y las pulgas, a través de sus picaduras, eran los principales vectores de transmisión a los humanos.
Sin embargo, los autores de este estudio han observado que las picaduras de los piojos del cuerpo humano también pueden desempeñar un papel significativo en la propagación del patógeno causante de la peste.