
El presidente de EE. UU., Donald Trump, sugirió este jueves que podría extender el plazo para que la red social TikTok se desvincule de su empresa matriz china, ByteDance, con el fin de evitar su cierre en el país.
Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, Trump indicó: «Claro que se puede extender, pero veremos». No obstante, añadió que no cree que sea necesario, ya que “hay muchas personas interesadas” en comprar la popular aplicación.
El mandatario explicó que la popularidad de TikTok ha generado un creciente interés entre posibles compradores.
«La gente ha notado que TikTok es muy popular, y aunque probablemente necesitemos la aprobación de China, creo que estarán interesados porque les beneficia», señaló Trump.
Este cambio de postura llega tras una serie de medidas tomadas por el presidente desde su primer día en el cargo. En su primer día de mandato, Trump firmó una orden ejecutiva que retrasaba 75 días la implementación de una ley federal aprobada por el Congreso, que obliga a ByteDance a vender TikTok para que la aplicación pueda seguir operando en EE. UU.
Esta ley entró en vigor un día antes de la asunción de Trump, lo que causó que TikTok dejara de operar temporalmente en el país.
La legislación, aprobada en abril de 2024 con el respaldo de ambos partidos políticos, demócratas y republicanos, fue impulsada por preocupaciones de seguridad nacional. La ley otorgaba un plazo de nueve meses a ByteDance para vender sus operaciones en EE. UU. a un comprador que no fuera considerado un “adversario” del país.
En un movimiento más reciente, Trump firmó una nueva orden ejecutiva en la que instruye a los Departamentos del Tesoro y de Comercio a crear un “fondo soberano” que podría adquirir TikTok, lo que sugiere que la administración estadounidense está tomando un enfoque más activo para asegurar que la aplicación continúe funcionando sin contratiempos en el país.
Con estas decisiones, la situación de TikTok en Estados Unidos sigue siendo incierta, pero el presidente ha dejado abierta la posibilidad de más negociaciones, mientras persisten las preocupaciones sobre la seguridad y el control de datos en el contexto de la creciente tensión entre las dos potencias.