Durante la madrugada de este martes en la ciudad de Rafah, al menos 18 residentes de Gaza perdieron la vida como resultado de los continuos bombardeos llevados a cabo por el Ejército israelí. Estos ataques se produjeron luego de que el Gabinete de Guerra israelí declarara que no suspendería su «operación» militar, a pesar de considerar la posibilidad de una tregua.
La primera noche de la operación, denominada por Israel como ‘Operación Rafah’, estuvo marcada por un intenso fuego proveniente de helicópteros y bombardeos de artillería dirigidos a áreas cercanas al cruce de Rafah, el cual está inoperativo, así como a la parte sur del enclave (bloque 270).
Hasta el momento, el Ejército israelí no ha proporcionado detalles adicionales sobre los ataques aéreos llevados a cabo la noche anterior en el este de Rafah, luego de haber ordenado la evacuación de la zona por la mañana. La única información disponible hasta ahora es un comunicado vago emitido anoche anunciando «ataques selectivos».
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, mostró su preocupación el martes por la «pérdida de vidas inocentes» durante los ataques aéreos israelíes en Rafah, una ciudad en el sur de la Franja de Gaza que alberga a más de un millón de personas, incluidos desplazados por el conflicto con Hamás.
Unicef advirtió el lunes que la incursión militar de Israel en Rafah tendría un impacto «catastrófico» en unos 600.000 niños que buscan refugio en la ciudad, muchos de los cuales tienen alguna discapacidad, afección médica u otra vulnerabilidad que los coloca en un riesgo aún mayor.