
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó dos reformas: una a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y otra a la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral. En la primera, propone modificaciones en las “reglas” para la elección de jueces, magistrados y ministros, permitiendo a Morena vetar a candidatos que no les parezcan adecuados.
Este cambio es significativo, ya que, según la reforma original del expresidente Andrés Manuel López Obrador, una vez que los Comités de los tres Poderes de la Unión tengan la lista de diez candidatos por cada puesto vacante (o seis, según corresponda), se llevaría a cabo una insaculación para ajustar el listado al número de postulantes por cargo, conforme al Artículo 96 de la Constitución.

Con la nueva propuesta de Sheinbaum, se añade un paso: después de que los Comités presenten la lista de candidatos, esta deberá ser devuelta a la titular o al pleno de los Poderes para que “determinen su conformidad” antes de proceder con la insaculación.
En el caso de la presidencia, no habrá un contrapeso para vetar las candidaturas, mientras que en el pleno de la Cámara de Diputados, la Cámara de Senadores (ambas controladas por Morena) o la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se requerirá una votación calificada de dos tercios de los miembros presentes.
