
Michoacán, 20 de octubre de 2025 — Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, fue encontrado sin vida este lunes en un camino rural del municipio de Apatzingán. La noticia ha generado consternación entre organizaciones agrícolas y autoridades locales, quienes reconocen su papel activo en la defensa de los derechos de los productores de limón en la región.
De acuerdo con reportes de medios locales, el cuerpo de Bravo Manríquez fue hallado en el interior de su vehículo, en las inmediaciones de la carretera Apatzingán–Presa del Rosario, con evidentes signos de violencia e impactos de arma de fuego. Fue la propia ciudadanía la que alertó a las autoridades tras realizar el macabro hallazgo.
La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó que el ataque ocurrió en un camino de terracería que conduce a la localidad de Los Tepetates. Se ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos.
Una voz incómoda para el crimen organizado
Bravo Manríquez había sido una figura crítica ante la creciente violencia y las extorsiones que enfrenta el sector limonero en la región de Tierra Caliente, donde bandas criminales controlan diversos eslabones de la cadena productiva, desde la cosecha hasta la comercialización.
Durante su liderazgo al frente de la asociación, denunció públicamente los cobros ilegales de “derecho de piso” a los que son sometidos los productores por grupos delictivos, sin que las autoridades lograran frenar esta práctica. Incluso el gobierno federal, antes de que Claudia Sheinbaum asumiera la presidencia, reconoció este problema como un asunto prioritario a resolver.

Un informe de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Michoacán, publicado a inicios de este año, reveló que al menos once células criminales operan esquemas de extorsión sistemática contra el sector citrícola en la entidad.
Su última aparición pública
Bernardo Bravo fue visto por última vez el pasado 13 de octubre durante una manifestación de citricultores que formó parte del Paro Nacional del Campo. Ahí, exigió precios justos para el limón y denunció que los costos de producción superan las ganancias que reciben los agricultores.
Pese a los esfuerzos de los gobiernos federal y estatal por mejorar la seguridad en la zona, el líder agrícola lamentó en varias entrevistas que las acciones implementadas no habían logrado revertir la situación crítica que enfrentan los productores del campo michoacano.
El asesinato de Bravo Manríquez representa un duro golpe para el gremio citricultor y evidencia los riesgos que enfrentan quienes alzan la voz en regiones donde el crimen organizado mantiene una fuerte presencia.