
Acutis falleció en 2006 a los 15 años, víctima de una leucemia fulminante.
Ciudad del Vaticano, 7 de septiembre de 2025. — La Iglesia Católica ha dado un paso histórico este domingo al canonizar a Carlo Acutis, un adolescente italiano que ha sido reconocido como el primer santo de la era digital.
La ceremonia, presidida por el Papa León XIV, marcó un momento clave para millones de fieles jóvenes en todo el mundo, quienes ven en Carlo un referente cercano, moderno y profundamente espiritual.
Acutis falleció en 2006 a los 15 años, víctima de una leucemia fulminante. Sin embargo, su corta vida dejó una profunda huella, especialmente por su uso pionero de la tecnología como herramienta de evangelización.
Desde muy pequeño, mostró un talento extraordinario para la informática: aprendió programación de manera autodidacta, diseñó sitios web religiosos y creó una base de datos que documenta más de 150 milagros eucarísticos ocurridos en distintos países.

A pesar de su profunda fe, Carlo no era ajeno a los intereses de cualquier adolescente de su generación. Le gustaban los videojuegos —jugaba títulos como Pokémon, Halo y Super Mario con moderación—, tocaba el saxofón, era fanático del fútbol y tenía un fuerte amor por los animales.
Nació en Londres en 1991, pero vivió la mayor parte de su vida en Milán, donde también inició su camino espiritual, asistiendo a misa diariamente y participando en obras de caridad.
La canonización de Carlo fue posible tras el reconocimiento de dos milagros atribuidos a su intercesión. El primero ocurrió en Brasil en 2013, cuando un niño con una enfermedad pancreática incurable se recuperó tras rezarle.
El segundo, más reciente, se registró en Costa Rica en 2025, donde una joven sobrevivió a un grave traumatismo craneal después de encomendarse al joven beato.
Actualmente, los restos de Acutis reposan en Asís, Italia, lugar de peregrinación donde miles de jóvenes se acercan para conocer su historia. Su cuerpo se exhibe en una vitrina, vestido con ropa casual: jeans, sudadera y tenis, reflejando su identidad como un joven contemporáneo que supo unir fe y tecnología.
Con su canonización, Carlo Acutis se convierte en un modelo espiritual para las nuevas generaciones, mostrando que la santidad también puede vivirse desde la vida cotidiana, los entornos digitales y el compromiso con el prójimo.