Para algunos, esta bebida efervescente es simplemente una refrescante opción, mientras que otros la emplean como un estimulante para iniciar sus mañanas. También es común utilizarla como complemento para cocteles y licores, buscando así proporcionar un sabor único.

No obstante, las bebidas energéticas contienen diversos elementos que pueden comprometer tu salud, según investigaciones realizadas por la Secretaría de Salud. Es fundamental estar al tanto de los posibles riesgos asociados a su consumo.

Según la descripción proporcionada por la entidad gubernamental, estas bebidas no se distinguen específicamente por contener sustancias que aporten un alto contenido energético. En cambio, consisten en una mezcla de componentes que sobre estimulan el sistema nervioso, provocando síntomas como insomnio, ansiedad, excitación y un estado de alerta constante.

Se ha observado que la demografía más propensa a consumir este tipo de productos está conformada por jóvenes y adultos, quienes en ciertas situaciones los combinan con alcohol, generando un grave riesgo para la vida de la persona.

Conforme a la información proporcionada por la Secretaría de Salud, el consumo constante, especialmente cuando se combina con alcohol, puede poner al límite el organismo del consumidor. Esto se traduce en un aumento repentino de la presión arterial, arritmias cardíacas y, en situaciones de ingesta abundante, existe incluso el riesgo de sufrir infartos, convulsiones y accidentes cerebrovasculares, lo que podría resultar en la pérdida de vida o en daños permanentes para la persona.

Es importante señalar que consumir ocasionalmente una lata no tendrá un impacto directo en tu cuerpo; sin embargo, debes tener precaución al combinarlo con otras bebidas, ya que no se requiere ingerir grandes cantidades para correr el riesgo de sufrir algún percance.