
El Papa Francisco, de 88 años, continúa hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral que ha complicado su estado de salud.
El Vaticano confirmó que el pontífice está recibiendo un tratamiento con antibióticos y cortisona para tratar una infección polimicrobiana, en el contexto de problemas respiratorios previos, como bronquiectasia y bronquitis asmática.
A pesar de la gravedad de su diagnóstico, el Papa se mantiene de buen ánimo, alternando momentos de descanso con oración y lectura, según informaron desde la Santa Sede.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, aseguró que el Papa pasó una noche tranquila y sigue estable, incluso recibió la Eucaristía y leyó la prensa esta mañana.
Sin embargo, su estado de salud ha obligado a la cancelación de varios compromisos en su agenda, entre ellos la audiencia jubilar programada para el sábado y la misa del domingo, que no será presidida por él.
Estos cambios han generado inquietud, ya que el Papa es la figura central de los eventos del Año Jubilar 2025, que implican ceremonias y encuentros importantes.
La hospitalización del Papa Francisco reabre el debate sobre su capacidad para seguir al frente de la Iglesia Católica, ya que su salud podría limitar su ritmo de actividades en el futuro. La noticia ha dejado a muchos fieles y observadores del Vaticano en estado de alerta.