
Riad, Arabia Saudita. En el arranque de una gira por los países del Golfo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, selló ayer un acuerdo económico de gran envergadura con Arabia Saudita, en medio de una recepción oficial que evidenció el estrechamiento de lazos entre ambas naciones.
El pacto, valorado en más de 600,000 millones de dólares, contempla iniciativas conjuntas en áreas clave como defensa, tecnología, infraestructura, energía, salud e inteligencia artificial.
Según funcionarios estadounidenses, este acuerdo no sólo representa un impulso a la cooperación económica, sino que también establece una alianza estratégica orientada a reforzar la influencia de ambos países en el panorama internacional.
Durante un encuentro en Riad con el príncipe heredero saudita, considerado el líder de facto del reino, Trump expresó:
Realmente creo que nos gustamos mucho”, reflejando la sintonía entre los gobiernos.
La visita del mandatario estadounidense se enfoca principalmente en promover inversiones, dejando de lado otros temas como la seguridad regional.
En este contexto, ha llamado la atención que el itinerario no contemple una parada en Israel, tradicional aliado de Washington, lo cual ha generado interrogantes sobre su posición en la agenda diplomática de la Casa Blanca.
“Cuando sauditas y estadounidenses colaboran, suceden cosas muy positivas; la mayoría de las veces surgen grandes logros de estas asociaciones”, afirmó durante la inauguración de un foro económico, previo a la llegada de Trump.
Khalid al-Falih, ministro saudita de Inversiones, destacó que si bien la energía sigue siendo el pilar de la relación bilateral, las oportunidades de negocio entre ambos países se han diversificado notablemente.