
La directiva decidió reactivar ese número icónico como un puente entre el legado y el presente
Apenas han transcurrido unas semanas desde que Ángel Correa se enfundó por primera vez la camiseta de Tigres, pero su impacto ha sido inmediato y contundente.
El atacante argentino, campeón del mundo en Qatar 2022, ha demostrado que su fichaje no es solo un golpe mediático, sino una apuesta deportiva que ya rinde frutos dentro del esquema felino.
Con diez partidos oficiales disputados —seis en la Liga MX y cuatro en la Leagues Cup—, Correa acumula ocho goles, registrando una media de anotación sobresaliente.
Más allá de las estadísticas, su influencia se refleja en el dinamismo ofensivo que ha inyectado al equipo de Guido Pizarro, quien encontró en el exjugador del Atlético de Madrid a un elemento desequilibrante, con capacidad de desborde, visión en el último tercio y eficacia en zona de definición.

Desde su llegada, Correa ha sido titular indiscutible, ocupando con autoridad la posición de extremo por derecha o segundo delantero, dependiendo del planteamiento táctico. Su movilidad entre líneas, su lectura de juego y su capacidad para atacar los espacios lo han convertido en una pesadilla constante para las defensas rivales.
El arribo del rosarino fue recibido con un ambiente digno de una figura internacional: el Aeropuerto de Monterrey se convirtió en un carnaval auriazul, con cientos de aficionados coreando su nombre y portando banderas en su honor.
La euforia también se trasladó a los medios de comunicación, que documentaron cada instante del arribo de quien ya comienza a escribir su historia en el club regiomontano.
Uno de los gestos más simbólicos de esta nueva etapa fue la asignación del dorsal número 7 a Correa, número que había sido retirado como homenaje a Gerónimo Barbadillo, leyenda histórica del club.
La directiva decidió reactivar ese número icónico como un puente entre el legado y el presente, confiando en que el argentino estará a la altura de tan ilustre herencia. Si bien la decisión generó opiniones divididas, el rendimiento del jugador ha silenciado cualquier duda.
Aunque el club no ha revelado cifras oficiales, fuentes cercanas aseguran que la camiseta de Correa es ya una de las más solicitadas por la afición, lo que refleja no solo su aceptación popular, sino el efecto inmediato que ha tenido dentro y fuera del campo.
Con apenas un par de meses en el fútbol mexicano, Ángel Correa ya se perfila como uno de los nombres propios del torneo y un bastión fundamental en las aspiraciones de Tigres para esta temporada.